20 de febrero de 2016

Sharoncita - Gerardo Nuestro Séptimo Amante Muy Rendidor

¡Hola a todos! Soy Sharoncita Esposa Infiel. Para los que no lo saben les cuento que tengo un marido cornudo de alma que permanentemente me incita a mantener relaciones sexuales con otros hombres. Soy una esposa caliente (lo que se conoce en la jerga cuckold como hotwife), una mujer felizmente casada que puede estar con cuanto macho se le antoje. Mi esposo es un peladito cuarentón y aunque se conserva bien, cuando me cojo a otros hombres, siempre elijo jóvenes veinteañeros, atléticos, bien formados, con los abdominales marcados, muy dotados y rendidores. Me encantan esos chicos vigorosos que en una noche de pasión pueden acabarse tres o cuatro veces sin descansar. Afortunadamente eso fue lo que me consiguió a través del sitio Contactossex, mi amado marido cornudo para finalizar a todo placer el año 2013.



Su nombre era Gerardo y fue mi séptimo amante. El encuentro se fijó para un sábado a la noche en el hotel de alta rotatividad Séptimo Cielo de Montevideo, un lugar donde permiten tríos, dos parejas, etc. Allí nos encontramos los tres (Gerardo, mi marido y yo). Cuando lo ví inmediatamente me enamoré de él. Era muy guapo, alto, musculoso y sobretodo muy simpático y conversador. Me contó que era militar por eso estaba tan bien físicamente. Mmmm que morbo me dió saber que en un ratito ese caramelito iba a ser todo mío. Cuando entramos a la habitación nos pusimos a conversar y a coquetear los dos sentados en la barra al lado del minibar. Para ese entonces yo me había olvidado que el cornudo de mi marido estaba ahí con nosotros. Martino nos observaba desde la otra punta de la habitación sin intimidarnos, con su cámara lista para registrar con lujo de detalles ese momento maravilloso que pronto le iba a regalar con este pendejo divino. Luego de charlar un rato con Gerardo, no aguantamos más la calentura y comenzamos a besarnos apasionadamente. Unos minutos más tarde ya estabamos prontos para completamente desnudos pasar a la cama a hacer travesuras.


Ya en la cama Gerardo todo desnudito se acostó boca arriba con las piernas abiertas para que pudiera admirar toda su belleza. Era como una escultura griega. ¡Qué lomazo divino papito! Me acerque para recorrerlo todo con mi lengua y mis manos. Era lampiño y tenía sus partes íntimas completamente depiladas. Me lo comí todo con mi boca golosa, sobretodo me concentré en ese apetecible pene que pronto disfrutaría entre mis piernas. Que rico que estaba. Mientras lo hacía, el cornudo de mi marido me tomaba fotos con la boca llena. Yo le ponía cara de puta viciosa, mientras saboreaba el dulce jugo que emanaba del glande color púrpura de mi amante. Llamé a Martino y lo invité a que lo disfrutara un rato él ahora. Adoro ver a mi peladito cornudín con una verga en su bocota, que putito que es mi marido, me encanta. Como me calienta que de a poquito cada vez sea más cornudo, más puto y más sumiso.


Luego de chuparlo un buen rato, Martino se alejó nuevamente para dejarnos nuestro espacio. Gerardo continuaba acostado boca arriba. Me acerqué a su boca con mi conchita toda mojada para que me diera placer con su lengua. Mmmm... si que la sabía mover bien el hijo de puta, me hizo acabar como una loca entre temblores y gritos de placer. Luego de acabar me moví hacia su pene y apoyé mi conchita sobre el rígido mástil de Gerardo para frotarme un buen rato con ese tibio pedazo de carne húmeda. Ufff... que bien se sentía la pija de mi joven amante sobre mis húmedos labios vaginales. De repente sentí que se introducía dentro de mi vagina. Era el zarpado de Martino que lo había agarrado con una mano y lo había metido con fuerza dentro de mi cuevita. Empecé a cabalgar como una loca a pelo, sin forrito, como a mi me gusta cogerme a los tipos, para sentir bien la piel suave y caliente del pene dentro de mí.


Y así me acabé una y otra vez escuchando a mi marido preguntarme: ¿Te gusta putita la pijita que te conseguí? ¡Decile a Gerardo que te gusta mucho su verga! ¡Decíselo sucia! Las palabras de Martino me calentaban de una forma impresionante. Seguí acabándome hasta que Gerardo me sacó de arriba de él y se puso arriba mío para penetrarme en la posición del misionero. Me dió unas cuantas estocadas con su miembro viril hasta que no aguantó más y se vino encima de mis labios vaginales. Inmediatamente se acercó el cornudo de mi marido y también largó todo su semen en la entrada de mi vagina. Sentir calentita la leche de dos machotes sobre mi piel me hizo explotar nuevamente en un orgasmo sobrecogedor que me dejó temblando de placer sobre la cama.


Como les comenté al principio me encantan los pendejos veinteañeros porque eyaculan y en seguida están con la pija dura como una roca para seguir dándote placer, y Gerardo no fue la excepción. Esa noche se vino tres veces más encima mio, dos en mis labios vaginales (que el puto cornudo de mi marido limpio con su lengua) y la última en mi boquita (no me iba a quedar sin probar el sabor de esa deliciosa crema). La verdad que amantes así de rendidores no se consiguen fácilmente. ¡Gracias Martino por hacerme un regalo de fin de año tan lindo y excitante! Y por supuesto; ¡Muchas gracias Gerardo por darme tanto placer! ¡Sos un verdadero machote!